Cansei de Ser Sexy
Donkey
(Sub Pop, 2008)
http://www.csshurts.com/
http://www.myspace.com/canseidesersexy
por Sara Stereo
Visto desde fuera, de la forma más escueta (más bien, superficial), Brasil es un país de fútbol y de música. Del primer rubro se ha dicho todo, incluso más de lo que se debería; mientras que del segundo, la historia – afortunadamente - no se ha quedado en la samba ni en el preciosismo de la bossa nova.
El pop carioca ha gozado de una reputación intachable, al menos desde las postrimerías de los sesenta, cuando la mítica banda Os Mutantes llevó la Tropicália a instancias celestiales. La bondadosa garganta de Rita Lee y el virtuosismo psicodélico de los hermanos Arnaldo Baptista y Sérgio Dias encajaron con el idealismo de Caetano Veloso y otros compositores de una época que transformó los cantares del Brasil.
Fue a partir de la escuela tropicalista que la música popular verde amarela abrió la puerta a otro idioma que no fuera el portugués, y como ocurre en todos los casos, el beneficiado fue el inglés. Cuatro décadas más tarde, otro grupo “unisex” se ha encargado de mezclar la lengua de Pessoa con la de Shakespeare, y de paso le ha puesto un toque de irreverencia ad hoc a estos tiempos de Facebook y telefonía 3G.
El primer disco de Cansei de Ser Sexy derrochaba más carácter que talento, pero era esa particularidad la que hacía de Lovefoxxx y compañía un combo tan atractivo. Sus canciones se antojaban espontáneas (por no decir accidentadas), salvajes y ocasionalmente geniales.
El bajo y la batería no obedecían a la base rítmica de academia, y los riffs de las guitarras surgían sin avisar, como las fieras del Amazonas que cazan y a su presa de un solo zarpazo. Tan efervescente fue aquél debut que la elitista discográfica de Seattle, Sub-Pop la convirtió en su primer fichaje sudamericano, vaya cracks.
A dos años de aquél fascinante descubrimiento, CSS ha regresado con nuevas maneras. El grupo perdió a su bajista, Iracema Trevisan, quien se “cansó” de la música y se decantó por la moda, pero se hizo de los servicios de Jon Harper (The Cooper Temple Cause) en la batería. Dicha plaza la ocupaba Adriano Cintra, quien dejó la tarola para hacerla de Paul McCartney, aunque el bajo es apenas la punta del iceberg cuando hablamos del papel de este brasileño.
Ferreira Cintra no es un hijo de Apolo, pero pasa por su sobrino, y es que el de San Pablo toca todo instrumento que tenga a la mano, compone, produce y mezcla. Su batuta conduce el andar de Cansei de Ser Sexy en Donkey, un álbum que carece del arrojo de su antecesor, pero que lo sobrepasa en materia de producción.
En el segundo esfuerzo de los brasileños, la voz de Lovefoxxx es sexy por naturaleza, pero también se nota un empeño contundente en mejorar la entonación y la ejecución en general. Los versos de Cintra, siempre orientados a la cultura pop, transcurren con un inglés más claro, aunque el acento de la lengua romance sigue impregnado en cada melodía.
Las guitarras ya no son como fieras selváticas, más bien ronronean como mininos domésticos, aunque su naturaleza sigue siendo depredadora. Por otro lado, los elementos electrónicos se perciben más estudiados, y todo esto es resultado de la experiencia que el grupo ha adquirido en estos dos años de tournées y encuentros con Paris Hilton.
Lovefoxxx afirma que Donkey se concibió a partir de las presentaciones en directo, y que está pensado para ejecutarse en dicha circunstancia. Esto explica el cuidado que Cintra puso en cada pista, y es que se puede ser auténtico y generoso con la música al mismo tiempo.
Cansei de Ser Sexy ya no es esa banda de modelos despreocupadas que llega a los festivales como el burrito que tocó la flauta; puede que esa sea la razón por la cual hayan bautizado así a su segundo retoño, y es que no hay mejor forma de enfrentar a la crítica que adelantársele.
El punto es que este segundo álbum demuestra que tienen oficio de músicos, aún cuando éste se presente de forma más aguda en la figura de su bajista y productor, Adriano Cintra.
Si hubiera que comparar los discos de Cansei con futbolistas cariocas, el debut homónimo sería como el Romario del Barça: rápido, feroz y contundente. Donkey, en cambio, es como Kaká: prudente, preciso y brillante. Decidir qué jugador, o qué disco vale más, es asunto de estadísticas y aseveraciones personales.
