Kitsch Glam Magazine

La Ciudad de México reanuda su paso habitual. Sin embargo, la visión del irremediable encierro, las compras desesperadas en autoservicios y el mercado del rumor, quedarán –esperamos- sublimados por brotes de inspiración artística, que plasmarán la paranoia y xenofobia de los tiempos de Influenza.

El fin de semana previo a éste se festejó el afamado festival de Coachella, en el que se presentó Morrissey con resultados encontrados. Una de las razones fue el olor a carne que llegaba hasta el vocalista y le provocara nauseas hasta el grado de decir a su público “huelo carne… espero que sea humana”. Esto derivó en abucheos y una actuación poco satisfactoria. Él es vegetariano y detractor declarado del consumo cárnico, como bien afirmó en el segundo álbum de The Smiths, Meat is Murder (1985)

La portada del citado álbum presenta la imagen alterada del documental In The Year of the Pig (En el Año del Cerdo) del controversial director Emile de Antonio; en el poster, un soldado porta en el casco la leyenda “Make Love Not War” (Haz el Amor, No la Guerra), mientras que en el álbum de los británicos, la frase es modificada para que diga “Meat is Murder” (La Carne es Asesinato).

El título pro-vegetariano de Morrissey resultó una advertencia pasiva a lo que catorce años después inunda al planeta con miedo. Johann Hari del London Independent, asegura que la demanda de producción porcina a precios más baratos ha propiciado enfermedades como este tipo de Influenza. Cierto o no, los tratos ínfames a las piaras hacen que el cerdo viva en estrés, depresión y con padecimientos mal curados. En este proceso, los animales desarrollan anticuerpos que se mezclan con los de sus semejantes hasta afectar a otras especies Morrissey tenía razón en la primera canción de ese álbum… “la barbarie empieza en casa”.

El cerdo es una especie más en este haber de enfermedades inexplicables –tal como la gripe aviar y el virus de las vacas locas-; sin embargo, la culpa parece ser de los animales, como si ellos pidieran ser sacrificados para el consumo humano. La carne no es un asesinato cuando tiene fines de supervivencia, sino una ley de vida; pero el trato a las especies que terminan como bienes de consumo es de calidad criminal.

A Morrissey se le criticó su actuación en Coachella porque sugirió que la carne que olfateaba debía ser humana, ¿resulta grave lo que dijo al conocer un poco sobre el trato que reciben estos “alimentos” previos a la ingesta? Si este virus se transmitiera por el cerdo –tal como pensaron los egipcios que sacrificaron 300 mil ejemplares-, éste seguiría sano. Mientras tanto, que siga la paranoia, la discriminación y las muertes sin sentido porque la carne, si no es humana, no es asesinato.