25 feb 2010


DeLorean

Por Vélez

En Volver al futuro II el Doctor Emmett Brown y el joven Martin McFly visitan el año 2015 a bordo de un DeLorean volador. En el año 2015 encontraron zapatos fluorescentes, patinetas voladoras y atuendos que ni el más extrovertido se atrevería a lucir en público. Cinco años antes de ese posible futuro, podemos encontrar esos fabulosos tenis de colores chillantes, pero no las patinetas voladoras y menos aún un DeLorean que nos transporte a través del tiempo.

Mientras la NASA y demás científicos descubren los secretos del viaje en el tiempo, a nosotros nos queda usar Internet. En esta red se pueden encontrar la gran mayoría de los lanzamientos musicales semanas e incluso meses antes de su estreno oficial. En primera instancia, esto parece ser un sueño para el gourmet de la música: una alacena siempre llena con los ingredientes más frescos de todo el mundo. Pero en realidad, cuando se tienen tantos ingredientes para confeccionar un manjar varios se quedan en el olvido hasta que se pudren.

Hoy en día es difícil escuchar toda la música que tenemos a nuestro alcance y aún más complicado escuchar un mismo disco varias veces para prestarle la debida atención. Por un lado Internet ha permitido el crecimiento de la escena indie a nivel mundial y balanceado la competencia para que los más pequeños puedan competir e incursionar en el mainstream; pero también ha perjudicado a chicos y grandes.

Al tener a unos clics de distancia los discos más recientes de bandas consolidadas y nuevas propuestas –apoyadas por medios tradicionales o virtuales- es imposible dedicarse a hurgar en las cavernas menos conocidas de MySpace o algún otro sitio para tratar de encontrar alguna banda rescatable dentro del montón. Si la nueva producción de una banda importante ve la luz en Internet durante una semana retacada con filtraciones más importantes, también es posible que se vuelva parte de una pila de discos que pasarán sin pena ni gloria al olvido.

Las fechas de lanzamiento que con tanto esfuerzo diseñan las disqueras de todo el mundo, son sumamente útiles para cualquiera que se haga llamar melómano; no es una cuestión de bajar o no discos, sino de cuándo hacerlo. Estar por demás adelantado con los lanzamientos musicales crea un desfase con la realidad imperante. Este desfase aleja de lo que está sucediendo en la escena en ese momento, el impacto que tienen los discos más allá de Internet. Un disco es como una buena botella de vino, hay que abrirla en el momento indicado; antes de tiempo puede no haber alcanzado su mejor punto y demasiado tarde, estará demasiado añejo para poderse disfrutar.

Escucha Delicatessen todos los miércoles y sábados a las 10:00 hrs. por Ibero 90.9.

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