27 oct 2008
The Cure
4:13 Dream
(I AM Records / Universal, 2008)
http://www.thecure.com/
por: Juanito el del demo
Cuando una banda con la trayectoria de The Cure saca un nuevo álbum, suele causar sentimientos encontrados en los escuchas: ¿qué debemos esperar esta vez? ¿cuál The Cure es al que vamos a escuchar, al atormentado de Pornography o al ligero de Wish? ¿será una obra integral como Disintegration o una colección de sencillos como Kiss Me, Kiss Me, Kiss Me? ¿sonará a una banda envejecida y apolillada, dedicada a vivir de su nombre? ¿será una obra maestra o sólo un disco entre tantos?
Retrocedamos algunos años, a su lanzamiento anterior, llamado simplemente The Cure, de 2004. El grupo se hallaba en una especie de crisis de identidad y desde el título homónimo se dejaba ver esa necesidad por "reinventarse" y comenzar desde el principio –basta escuchar la primera línea del disco: "I can't find myself"–. En una extraña maniobra para lograr esa renovación, el productor para aquella ocasión fue Ross Robinson, ex-guitarrista de la banda de thrash metal Détente y productor de Fear Factory, Korn, Sepultura y Slipknot, entre otros. ¿En verdad era él la persona indicada para guiarlos?
Ahora, en un nuevo "cambio violento de estado de ánimo", el productor designado es Keith Uddin, asociado a nombres pop como No Doubt, Leona Lewis, Kelly Clarkson y Melanie C. Parece un mal chiste, pero la alianza parece haber dado buenos resultados, por lo menos en términos de soltura; el ahora cuarteto se siente más relajado y se limita a hacer lo que saben tan bien: crear música en su peculiar estilo, un territorio en el cual son amos y señores.
4:13 Dream, como se puede adivinar por el título, se trata de la 13a. obra de estudio de estos ingleses, integrada por 13 canciones; su fecha de lanzamiento original estaba programada para el 13 de septiembre y los sencillos que la precedieron fueron lanzados los días 13 de cada mes, comenzando en mayo.
Para responder a las preguntas hechas en el primer párrafo, no se trata de una obra integral, sino de una variada colección de canciones que pasa por las diferentes estructuras que han compuesto a través de su historia; en este disco hay The Cure para todos, desde las piezas melodiosas como "The Only One" y "The Reasons Why" hasta los rugidos viscerales de "Switch" y "Scream", partiendo con la extensa "Underneath the Stars" de tesitura ambiental y melancólica. En resumen: aunque un poco dispareja, se trata de una obra muy apasionada que va subiendo en intensidad mientras el láser recorre sus tracks; poco a poco va atrapando la atención del escucha y, cuando la agresiva "It's Over" cierra, a muchos ya se les habrá puesto la carne de gallina.
Sin duda, es un álbum que cumple: complacerá a los fans de antaño y servirá de perfecta introducción para los neófitos… en algún punto en medio de una generación dividida entre el Emo y High School Musical, no faltará el soñador nostálgico que, más allá de las modas y tendencias actuales, se sienta tentado a arrojarse hacia los abismos emocionales que ofrece una banda que sigue aquí por méritos propios.
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