Kitsch Glam Magazine

(Blue Note Records, 2009)

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Los anglo-parlantes usan ‘birds and bees’ (pájaros y abejas) para explicar a sus retoñitos las relaciones entre parejas, y así, no sentirse tan sucios al usar terminología adecuada. Mientras tanto, el músico Greg Kurstin y la vocalista, Inara George le dan un nuevo significado a este concepto al usarlo como el nombre para su dúo. Ahora el término The Bird and The Bee también será usado para explicar la relación hombre/mujer donde lo único que se reproduce es música con más miel que cualquier panal.

Al poco tiempo de haber lanzado su primer EP Again and Again and Again and Again, en 2006, una versión remezclada de su sencillo “Fucking Boyfriend” encabezaba la lista Hot Dance Club Play, y otro de sus temas (“Again & Again”) fue incluido como parte de la banda sonora de la serie televisiva Grey’s Anatomy, sumándose a una lista de artistas similares, -con vocales femeninas suaves, y ritmos amables- que han prestado su música para el programa, tales como Bitter:Sweet y Psapp. Y si aun hay duda que las canciones de The Bird and The Bee son en su mayoría para mujeres citadinas de corazón popero, entonces es porque no han escuchado el cover a “How Deep is Your Love”, original de los Bee Gees para el largometraje Sex and the City: The Movie, basado en aquella serie para mujeres independientes, que habitan una gran urbe y que tienen afinidad por la alta costura.

Su primer álbum homónimo, lanzado también en 2006, fue bien recibido por la crítica, sin embargo pasó un tanto desapercibido ante el público. No es hasta su segundo LP Ray Guns Are Not Just the Future, lanzado el 27 de enero del año en curso, que han logrado voltear mas de una cabeza gracias a elementos de bossanova, electro pop, y harpas tintineantes. Este conjunto de texturas barniza de fantasía a las suaves vocales de Inara George. La miel se desborda por las bocinas en el momento que se inicia el recorrido a lo largo de los 14 cortes del álbum cuya portada sugiere de inmediato un aire sesentero, con colores pastel e ilustraciones a go gó.

La primera mitad de Ray Guns Are Not Just the Future corre sobre la misma línea: baladas pop con una alta sensibilidad musical para acompañar la voz de Inara George, a partir de instrumentos capaces de situar a cualquiera sobre una góndola en Venecia, un bar vintage cincuentero con luces bajas, forrado de terciopelo, gente adinerada y … The Bird and The Bee sobre el escenario. A la vez, los cortes se mantienen interesantes al proyectar la coquetería y sensualidad de George, los cuales abarcan desamores como “Witch”: el relato de una mujer seductora que engatusa un hombre con sus múltiples trucos y que, al final, con su partida, se da cuenta que perdió el control al enamorarse del sujeto: How could I know my spell was broke?/ I am nothing like the girl you thought I was without your love/ How could I haunt you, keep you close/ When you can see my seams, the fraying of my dress?/ I am defenseless.

Justo a la mitad de la placa, llega “Phil” un corte de diez segundos con un redoble que inevitablemente anuncia el final de la primera mitad del álbum y recupera la atención perdida del escucha para dar paso a “Diamond Dave”; tema que entre un poco de niebla y jazz, cuenta la historia de una fantasía adolescente, que hasta el día de hoy tiene un lugar especial dentro del inocente corazón de Inara George.

Para no perder el buen sabor de boca tras escuchar “Diamond Dave”, The Bird and The Bee, finalmente introduce su actual sencillo “Love Letter to Japan”, sin duda alguna el tema más “moderno” de toda la producción. El corte evoca un recorrido por una inmensa fabrica de dulces musicalizada por pequeñas japonesitas acompañadas junto a Greg Kurstin e Inara George, quienes se permiten salir de la densidad ocasional de los temas anteriores para alivianarse y sentirse un poco más libres. Sin embargo, éste puede ser un punto clave en el álbum de The Bird and The Bee, pues es cuando se salen de sus propios límites, es cuando más brillan.

“My Love”, el corte que cierra el disco es una tierna e inocente canción cuyo ritmos cuasi aplaudidos son fáciles de seguir hasta el coro, donde el tema resplandece y se suaviza como un algodón dulce (uno rosa…muy rosa).

Mientras las aves y las abejas se quedan con la tarea de reproducirse, The Bird and The Bee y su Ray Guns Are Not Just the Future se encargan en fabricar un mundo lleno de felpa, miel y tonos rosas que en ocasiones obscurecen para mostrar un lado mas sensual. Sin embargo, la cantidad de melcocha producida por Inara George y Greg Kurstin es la combinación perfecta para aquellas parejas que aun se traguen el cuento del 14 de febrero y tapicen sus autos con Post-it’s neón llenos de mensajes de amor.


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